Borradores Nocturnos. Escritos entre candiles



Días de noche

(Texto corregido)

Entre candiles escribo mis borradores nocturnos. En compañía de la luna y tenue lluvia, la combustión necesaria para estos faroles, probablemente ha de venir también, por parte de los lectores.

Mis libros de papel no terminan de darle paso a los ”ebooks“. El aroma que aquellos desprenden y la analógica imposibilidad de "borrarlos", componen a una biblioteca en un refugio de voces, dudas y reflexiones compartidas.

Desde un deseado marco educativo, adaptado a las exigencias actuales de la revolución tecnológica, la sociedad deberá hacer hincapié en aumentar el acceso a la información de todas las personas y fundamentalmente a la Alfabetización Informacional (pueden leer un articulo que escribí sobre: Nuevas Tecnologías y su utilización de forma eficaz). Este puente, desde mi punto de vista, deberá ser el camino hacia un mejor equilibrio de acceso al conocimiento.

De otra parte, está la identidad cultural de cada pueblo, donde el hacer de las clases dirigentes tendrá influencia directa en la ciudadanía, pero que cuyo alcance estará determinado por las herramientas de que esté provista esta última. Dicho de una forma más coloquial, la gente ha de decidir que hacer con los "espejos de colores" que se le puedan intentar vender. La experiencia nos interpela y no hay respuesta enriquecedora sin aprendizaje.     

Las cosas se suceden; nos atraviesan a diario con su sentido histórico, su proyección y su anhelada comprensión.

Ítaca


Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante tí.

Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Itaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.


Konstantino Kavafis






Acaba de terminar septiembre en Buenos Aires y con él, un invierno tibio, insulso y con falta de coraje. Las calles, con repetida costumbre, anuncian atascos y sobre todo, el indulto al descuidado ciudadano que todo lo puede.

Mientras tanto, en el país vuelven a señalarse con marcado acento: los guarismos de una pobreza estructural que no decrece hace décadas, una clase media baja que se expande y la desocupación, sobre todo en el colectivo de +50 (también hace años); la ahora "insólita discusión por la identificación de identidad" en la inseguridad de siempre y la defensa e importancia del valor de las instituciones. Todo, como decía anteriormente, interpela la conciencia y el pensamiento cultural de la mayoría de los ciudadanos.

Difícil tramo, una vez más, nos toca transitar en esta tierra. Y se trata de elegir si se puede seguir adelante o retroceder. En el mar, los que alguna vez navegamos, decimos que al observar al mar desde la "popa" miramos el pasado; y hacerlo por la "proa" buscamos con esperanza el futuro.

Y una cita marinera más, si me permiten: "En calma de mar no creas, por sereno que lo veas".


Bienvenidos/das entonces. En breve, mi Borrador Nocturno 2. Los espero!